martes, 19 de agosto de 2008

Encontrarse con Dios

Al hacernos la pregunta de ¿cómo encontrarnos con Dios?, nos puede venir a la mente algunas alternativas. Una de ellas podría ser cuando lo veamos cara a cara después de la muerte, -si hemos alcanzado esa meta- a través de los sacramentos o en una pequeña oración, en fin. Definitivamente la iglesia nos ofrece muchas posibilidades para que se de este encuentro. Pero aun así la pregunta no deja de resonar en el interior muchas veces, porque siempre buscamos esa intensidad de un encuentro con alguien que nos conoce, buscamos esa luz que nos llena de luz nuestro caminar cotidiano.

“Bienaventurados los de corazón puro, porque verán a Dios.” Mt 5, 8
“Todo sarmiento que, estando en Mi, no lleva fruto, lo quita, pero todo sarmiento que lleva fruto, lo limpia, para que lleve todavía más fruto.” Jn 15, 2

A través de estas citas, el Señor Jesús nos da la clave para encontrarnos con el Padre celestial, al mismo tiempo para encontrarnos también con Él. Es el estar limpios de corazón, es el alcanzar la pureza interior que nos permita ser lo suficientemente transparentes para poder mirar a Dios ya sea en la vida cotidiana como en el día de nuestra muerte. Al mismo tiempo, como fruto de esta pureza y de este encuentro vamos a ser como vitrales de catedral, dejándonos traspasar por la luz divina para que esta llegue a las demás personas.

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