jueves, 23 de diciembre de 2010

Nacimiento

El Niño Jesús nace en un contexto complicado, no encontraban posada, Belén estaba lleno de peregrinos y encuentran un establo para tan grande acontecimiento. Ciertamente se da algo hermoso y grande con situaciones adversas. Esto es algo que debemos aprender. Nuestros Señor nos enseña siempre con cada instante de su vida. Bueno, Jesús sigue naciendo en nuestro corazón, así estemos viviendo circunstancias adversas, ya que nuestra humanidad es así, somos víctimas del pecado y bueno, una expresión de esta adversidad que se da con fuerza en la incoherencia y en el rechazo explícito del Niño es por ejemplo, el cambio del sentido de la Navidad. El mundo celebra el día, pero sin Dios. Es curioso y hasta gracioso que en muchos lugares hagan grandes fiestas y celebren "la fraternidad, amistad, amor", pero sin Dios. Muchos no saben ni que celebran, pero toca. Es un día donde recuerdan la paz, y muchos sentimientos hermosos, pero se quedan en el adorno y no ven el pavo. Inclusive el nombre "Navidad", que quiere decir Nacimiento, en otro idioma, "Christmas" que viene de, evidentemente, Christ mass (misa de Cristo). Y así en otros idiomas. En el mundo anglo hay pues en los últimos años ciertas ideologías que empujan a cambiar el hombre de Christmas por happy holidays, para quitarle más a Dios. En fin.
Una cosa es cierta, hagan lo que hagan Jesús sigue tocando la puerta de nuestro corazón y no se cansará de hacerlo, ábrele tu pesebre interior.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Perdono pero no olvido

Quién no ha escuchado esa famosa frase... "yo perdono pero no olvido". Evidentemente es una contradicción, que lo único que busca es mostrar aquel anhelo de perdonar, de vivir en algo el amor. Si de verdad queremos perdonar, si de verdad queremos experimentar esa libertad que significa vivir la misericordia, tenemos que olvidar. Acuérdate... "...olvidar las ofensas...".

Es facil pues decir esto, pero hacerlo es algo que, dependiendo de la ofensa, es muy duro y difícil hacer. Pero es el único camino de ser libres, de no amargarnos, el otro no va a sufrir o quizas ni si quiera se entere de que le guardamos rencor, quien sufre realmente es uno mismo. Por ello, este trabajo interior necesita tiempo y dedicación, comenzando por el propósito de hacerlo. Eso es el perdón, un acto de amor que será recompensado con la vida eterna.

sábado, 30 de octubre de 2010

Mirada de amor

Somos seres en búsqueda, buscamos y reclamamos sentido y felicidad en nuestra vida. Al mirar a Jesús en el Eucaristía, encontramos un momento privilegiado de encuentro profundo y silencioso. Tendemos algunas veces a mirarnos negativamente cuando estamos en presencia del gran Misterio de Dios, o quizas nos miramos de manera muy superficial, creyéndonos buenos, cuasi inmaculados. Una pregunta que podríamos hacernos es, ¿cómo nos ve realmente Jesús?. Creo que no es fácil la respuesta, pero algunos elementos ya nos ha revelado anteriormente, para que la mirada que tiene sobre cada uno vaya más allá de nuestra habitual aproximación diminuta.

Ese esfuerzo de mirarnos con los ojos de Cristo sobre quienes somos realmente, no es facil, ya que es mirar nuestra grandeza como ser humano y muy amado por Él, acogiéndonos siempre, como también mirar la verdad pura y sin excusas de aquellas consecuencias de nuestras malas decisiones. Pero más grande es su amor y misericordia, tanto así que no lo comprenderemos nunca. Aun así, mirarnos como nos ve Dios, es pues un desafío, por que no sólo es tener una mirada realista y amorosa, si no que, quiere decir que nos mira constantemente, nos ve en lo secreto, no como un policía, sino como quien quiere acompañarnos, así lo despreciemos.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Compromiso

Este, es un tema que cada vez está menos de moda, como siempre, las cosas esenciales están pasando de moda y quedan a veces sólo las buenas intenciones. Estas, pueden ser válidas y son más válidas aun cuando la honestidad de nuestras intenciones nos llevan a ser coherentes con el compromiso asumido. Muchas veces uno no llega a medir los alcances y las consecuencias que nos llevarán a enfrentar cuando nos comprometemos a llevar adelante alguna misión. En esto, nuestra palabra pues se pone a prueba, ya que es por ella que uno asume el comprometerse con algo o con alguien. ¿Qué pasa cuando uno asume un compromiso ante Dios?¿Cómo imitar esa fidelidad de Dios?. Ciertamente somos pecadores, pero el ejemplo del Altísimo es claro y elocuente. El mismo Señor Jesús con muchos detalles de su vida nos enseña a ser fiel en lo poco.

Es muy conmovedor el ir descubriendo cómo realmente nos hace ser más personas al luchar por ser coherentes y fieles a los compromisos asumidos. No sólo nos lleva a una coherencia moral, es cómo al responder, al luchar, al levantarse para seguir y no perder ese compromiso asumido con el Señor nos transforma. El Señor con su amor y sus brazos abiertos para acogernos nos sostiene para levantarnos y no desfallecer. A veces somos infieles en cosas pequeñas y en algunas ocasiones, por dejarnos arrastrar por el pecado, caemos en cosas más graves. Pero recordemos, San Pedro cometió algo deplorable y cobarde, negó al Señor hasta 3 veces y sin embargo, con el dolor en su corazón no quiso dejar de seguirlo y ponerse de pie, con sus miserias entres sus manos en busca de la misericordia Dios. Es pues una lucha cotidiana, es pues un camino duro y es un camino alegre cuando se llega a la meta.

martes, 12 de octubre de 2010

Lo Invisible

Para quienes pasan por encima de la realidad, para quienes les gusta las apariencias y se sienten seguros con ellas por que lo tienen delante de sus ojos, son incapaces de darse cuenta de lo esencial de la vida, de lo real.

El mal siempre busca pasar desapercibido, siempre busca ocultarse entre las sombras para no ser notado y así poder actuar. Esas sombras pueden ser también lo aparente, espejismos para quien se fía de sus ojos. Es así que el hombre tonto, víctima de las tentaciones del maligno y por su propio pecado cae redondo y directo en cualquier vicio. En cambio, el bien que viene de Dios pasa como una brisa suave, es invisible ante nuestros ojos torpes, se presenta en el silencio, a veces lo sentimos ligeramente, lo percibimos con algunos sentidos lejanamente, como que algo luminosos pasara por debajo de nuestra barca en el mar en pleno día. Hay pues un cierto esfuerzo que hacer para ser concientes de esta realidad. El Señor Jesús nos enseña que el reino de los cielos es como un grano de mostaza, pequeño en apariencia, pero al crecer es el árbol más grande de todos. El Señor se manifiesta con mucha frecuencia y de manera muy explícita en lo sencillo y pequeño en aquello que pasa desapercibido ante el ojo del superficial. Y es que para ver necesitamos tener los ojos limpios, ya se nos fue dicho... dichosos los limpios de corazón por que ellos verán a Dios.

martes, 5 de octubre de 2010

Grano de Mostaza

Nuestros ojos humanos son muchas veces torpes para ver lo grande dentro de las cosas pequeñas y sin importancia, lo extraordinario en medio de lo ordinario pasa pues desapercibido. Lo inmediato, lo grande, lo extraordinario o llamativo suelen ser elementos que captan nuestra atención. La bulla es otro elemento con el que nos topamos a diario en este mundo que busca huir del silencio. Pero que pasa si uno hace silencio, silencio no sólo con los actos, gestos, sonidos o con la mente, sino también en el corazón, vemos que la realidad comienza a mostrar otras dimensiones que no habíamos notado antes.

Al hablarnos el Señor Jesús sobre el Reino de los Cielos nos lo explica con distintas parábolas y una de ellas en la que me quiero detener es en la del grano de mostaza. ¿Por qué utiliza el Señor este elemento de la semilla del grano de mostaza?, ensayando una respuesta podría ser; la de cómo algo que es pequeño para los hombres y con poca trascendencia puede ser grande para Dios y dar mucho fruto. Esta simbología podemos aplicarla a distintas cosas o situaciones. Por ejemplo, en el caso de la humildad, buscando sencillez y pequeñez de vida, haciéndose el siervo de los demás y el último en todo, cultiva en su corazón una semilla de santidad que al llegar la cosecha será un fruto grande que nutrirá a muchos, y que al cosechar mostrará esa luz de santidad que lleva a encontrarse con Jesucristo.

El lenguaje del Señor Jesús es claro y directo para indicarnos el camino que debemos seguir para vivir verdaderamente, es por ello que para mirarlo más de cerca y descubrirlo en la realidad es necesario detenernos en las cosas pequeñas con un corazón sencillo y abierto y con una actitud dispuesta a dar a conocer al Señor con todo nuestro ser.

lunes, 4 de octubre de 2010

Plan de Dios

No es raro hacerse la pregunta sobre ¿cuál es el plan de Dios para mi?, ya que podemos notar cómo aquel anhelo de sentido se asoma en muchas ocasiones de nuestra vida, sobre todo en los momentos de silencio en el corazón. Es tan profundo y sutil que las palabras no alcanzan para explicarlo. Por ello, haciendo un alto para contemplar la naturaleza, noto cómo hay un fenómeno natural cotidiano que pude ayudar para dicha comprensión.

Uno de los más elocuentes paisajes y que más gusta es la puesta de sol en el mar. Ese sol que se torna naranja y que cuando desciende para ocultarse la deja una luz cálida que toca nuestro rostro como para admirarlo y sobrecogernos. Lo curioso es cómo aquel rayo de luz cálida marca un reflejo en el mar directo hasta nosotros. Es curioso por que cada persona percibe aquel reflejo de luz desde su propia posición, inclusive desde una cámara se puede percibir de la misma manera. Por ello, podríamos decir que aquel Sol de justicia traza un mensaje único, un camino para alcanzar único para cada uno. Es pues un camino de luz por el que hay que andar, a veces habrán olas muy grandes, otra será un remanso tranquilo. Lo importante es no dejar de ver el horizonte y no dejar de andar.

viernes, 1 de octubre de 2010

Una pequeña llama

El Señor nos invita no sólo a seguirlo, si no, a ser luz como Él, a brillar en medio de la oscuridad, nos invita a cooperar para que la luz del evangelio ilumine toda la realidad humana, a ser como la pequeña llama de un cirio que al recién encenderla ilumina la habitación oscura. Luego, conforme va pasando el tiempo el calor de la llama va derritiendo la cera que se encuentra cerca, así mientras pasa el tiempo, poco a poco ese pequeño calor va expandiéndose hasta el extremo y consumiendo toda la cera, transformando su entorno. Igualmente sucede en nuestra vida, conforme vamos siendo más santos, nuestro entorno se va transformando, conforme vamos conformándonos más con el Señor Jesús, vamos transmitir mejor la luz de la vida. Mientras más auténticos y saquemos lo mejor de nosotros como instrumento de Dios para ofrecerlo a los demás seremos esa luz en medio de la oscuridad.

Seamos luz de vida y esperanza en este mundo y en todos los lugares que frecuentemos, para que nuestro ardor por el Señor toque los corazones de cada persona.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Árboles Caídos

Un de las obras de arte que Dios compuso está siempre junto a nosotros. Las montañas nevadas, la vegetación y los árboles que uno puede encontrar en muchos lugares, son pues signos de la huella de Dios que a puesto para nuestra contemplación y admiración. Caminando en medio de los bosques encontré con curiosidad muchos árboles caídos, la cantidad de los mismos esparcidos en medio del bosque jaló mi atención. Hay de todos los tipos, unos jóvenes que aparentan raíz fuerte y tronco vivo, pero al acercarme veo cómo las termitas y otros pequeños animales han ganado su premio y lo han hecho caer. Hay los secos, que hasta la raíz se les secó y no encontraron agua para nutrirse y finalmente cayeron. Están también los que no crecieron bien y el peso de sus ramas los hicieron caer. Otros que al caer buscaron apoyarse en algún tronco firme, pero aún así se les quebró el tronco. Hay pues de todo tipo que por diversas circunstancias cayeron.

En medio de este bosque puedo ver un camino que se pierde en medio de los árboles, un camino hecho cuidadosamente con troncos cortados y puestos a cada lado, pero curiosamente, los árboles caídos obstaculizan el camino, tanto así que confunden y no permiten distinguir con claridad el sendero, ello exige tener una mirada más atenta y cuidadosa para ver el camino por el que otros han pisado firme.

De pronto, el viento comienza a soplar fuerte, la brisa se hace notar al chocar con las copas de los árboles frondosos y altos que están de pie, los rayos solares traspasan en medio de las ramas que se mueven por el viento y parecieran juguetear con el sol. Al mirar pues hacia arriba dejándome cegar por los rayos solares, escuchando los murmullos de las hojas y sorprendiéndome por los cantos de las aves que se posan en las ramas, así como otros pequeños animales que juguetean de tronco a tronco, veo que son muchos más los que están de pie apuntando al cielo y buscando el calor del la luz solar.


La noche llega y con ella el frío, la nieve cae con su silencio, discreta y suave, pero constante. Pasan las horas y ya a cubierto todo, se genera una acústica que apaga todo ruido y los árboles caídos ya no se ven, sólo se ven los árboles de pie que alojan en sus ramas copos blancos de nieve, como adornándose para la fiesta.