viernes, 1 de octubre de 2010

Una pequeña llama

El Señor nos invita no sólo a seguirlo, si no, a ser luz como Él, a brillar en medio de la oscuridad, nos invita a cooperar para que la luz del evangelio ilumine toda la realidad humana, a ser como la pequeña llama de un cirio que al recién encenderla ilumina la habitación oscura. Luego, conforme va pasando el tiempo el calor de la llama va derritiendo la cera que se encuentra cerca, así mientras pasa el tiempo, poco a poco ese pequeño calor va expandiéndose hasta el extremo y consumiendo toda la cera, transformando su entorno. Igualmente sucede en nuestra vida, conforme vamos siendo más santos, nuestro entorno se va transformando, conforme vamos conformándonos más con el Señor Jesús, vamos transmitir mejor la luz de la vida. Mientras más auténticos y saquemos lo mejor de nosotros como instrumento de Dios para ofrecerlo a los demás seremos esa luz en medio de la oscuridad.

Seamos luz de vida y esperanza en este mundo y en todos los lugares que frecuentemos, para que nuestro ardor por el Señor toque los corazones de cada persona.

No hay comentarios: