miércoles, 13 de octubre de 2010

Compromiso

Este, es un tema que cada vez está menos de moda, como siempre, las cosas esenciales están pasando de moda y quedan a veces sólo las buenas intenciones. Estas, pueden ser válidas y son más válidas aun cuando la honestidad de nuestras intenciones nos llevan a ser coherentes con el compromiso asumido. Muchas veces uno no llega a medir los alcances y las consecuencias que nos llevarán a enfrentar cuando nos comprometemos a llevar adelante alguna misión. En esto, nuestra palabra pues se pone a prueba, ya que es por ella que uno asume el comprometerse con algo o con alguien. ¿Qué pasa cuando uno asume un compromiso ante Dios?¿Cómo imitar esa fidelidad de Dios?. Ciertamente somos pecadores, pero el ejemplo del Altísimo es claro y elocuente. El mismo Señor Jesús con muchos detalles de su vida nos enseña a ser fiel en lo poco.

Es muy conmovedor el ir descubriendo cómo realmente nos hace ser más personas al luchar por ser coherentes y fieles a los compromisos asumidos. No sólo nos lleva a una coherencia moral, es cómo al responder, al luchar, al levantarse para seguir y no perder ese compromiso asumido con el Señor nos transforma. El Señor con su amor y sus brazos abiertos para acogernos nos sostiene para levantarnos y no desfallecer. A veces somos infieles en cosas pequeñas y en algunas ocasiones, por dejarnos arrastrar por el pecado, caemos en cosas más graves. Pero recordemos, San Pedro cometió algo deplorable y cobarde, negó al Señor hasta 3 veces y sin embargo, con el dolor en su corazón no quiso dejar de seguirlo y ponerse de pie, con sus miserias entres sus manos en busca de la misericordia Dios. Es pues una lucha cotidiana, es pues un camino duro y es un camino alegre cuando se llega a la meta.

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