martes, 5 de octubre de 2010

Grano de Mostaza

Nuestros ojos humanos son muchas veces torpes para ver lo grande dentro de las cosas pequeñas y sin importancia, lo extraordinario en medio de lo ordinario pasa pues desapercibido. Lo inmediato, lo grande, lo extraordinario o llamativo suelen ser elementos que captan nuestra atención. La bulla es otro elemento con el que nos topamos a diario en este mundo que busca huir del silencio. Pero que pasa si uno hace silencio, silencio no sólo con los actos, gestos, sonidos o con la mente, sino también en el corazón, vemos que la realidad comienza a mostrar otras dimensiones que no habíamos notado antes.

Al hablarnos el Señor Jesús sobre el Reino de los Cielos nos lo explica con distintas parábolas y una de ellas en la que me quiero detener es en la del grano de mostaza. ¿Por qué utiliza el Señor este elemento de la semilla del grano de mostaza?, ensayando una respuesta podría ser; la de cómo algo que es pequeño para los hombres y con poca trascendencia puede ser grande para Dios y dar mucho fruto. Esta simbología podemos aplicarla a distintas cosas o situaciones. Por ejemplo, en el caso de la humildad, buscando sencillez y pequeñez de vida, haciéndose el siervo de los demás y el último en todo, cultiva en su corazón una semilla de santidad que al llegar la cosecha será un fruto grande que nutrirá a muchos, y que al cosechar mostrará esa luz de santidad que lleva a encontrarse con Jesucristo.

El lenguaje del Señor Jesús es claro y directo para indicarnos el camino que debemos seguir para vivir verdaderamente, es por ello que para mirarlo más de cerca y descubrirlo en la realidad es necesario detenernos en las cosas pequeñas con un corazón sencillo y abierto y con una actitud dispuesta a dar a conocer al Señor con todo nuestro ser.

No hay comentarios: